En la actualidad, muchas personas asocian la imagen de un bebé con el chupón, incluso, muchos padres no se plantean la posibilidad de no ofrecerlo a su bebé.

Es muy común ver bebés y no tan bebés, paseando o bien, en carreola usando indiscriminadamente el chupón.

Al principio el chupón ayuda a los papás a calmar al bebé ya que satisface el instinto de succión no nutritiva, que es la mitad de la fórmula de alimentación del bebé, lo asocia con algo placentero, la satisfacción del hambre y del instinto de succión.

Sin embargo, más tarde, cuando los papás deciden prescindir de él, se encuentran con mucha resistencia por parte del niño a dejarlo.

Así pues ,el chupón puede ayudar en un principio a los papás, pero su uso indiscriminado, puede llegar a ser perjudicial para el bebé.

El chupón además de que puede interferir en el correcto y armónico  crecimiento de la cavidad bucal, y de la cara, también puede afectar  el desarrollo del lenguaje.

Al estar el chupón dentro de la boca del niño, succionando, limita los movimientos bucoarticulatorios, por lo tanto no estará ejercitando los movimientos que necesita poner en práctica para el desarrollo posterior del habla, esto es por que al tener un objeto dentro de la boca, limita la posibilidad de movimiento de la misma.

Así pues el niño que lleva un chupón en la boca, no puede emitir sonidos articulados para comunicarse, disminuyen las oportunidades de utilizar ese incipiente lenguaje verbal.

Así los bebés que no llevan ningún objeto dentro de la boca, emiten más cantidad de balbuceos, gorjeos y canturreos que los que llevan en la boca un chupón o el dedo, de esta manera el bebé está ensayando los sonidos que necesitará después para hablar, como cuando un bebé ve un perro y dice “GUA” o un coche “BRUM” está comunicando al adulto lo que ve, además de comunicar  verbalmente lo que percibe y le llama la atención utilizando un rudimentario lenguaje.

Por otra parte el niño que está succionando un chupón, o el dedo, se centra en realizar ésta actividad, la succión por sí misma le reconforta y aporta bienestar, por ello ésta acción puede REDUCIR LA INTERACCIÓN DEL NIÑO CON SU ENTORNO, el se centra en la succión en detrimento de la comunicación con personas y de la exploración y observación activa de su entorno, por ello además de las posibles interferencias con el correcto desarrollo de la cavidad bucal, no recomendamos el uso del chupón, y si los padres deciden hacerlo, lo hagan solo en determinadas situaciones, cuando el niño realmente lo necesite y no de manera indiscriminada.

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